Es sorprenderte escuchar a diferentes personeros de la Concertación – de todo el espectro del arcoíris – rasgar vestiduras y transformarse en férreos defensores del desarrollo sustentable, contrarios a Hidroaysén… ¡¡promoviendo energías renovables y limpias!!! Apuntan con dedos fuertes y severos la institucionalidad ambiental y vociferan con energía su repudio a las actuales políticas gubernamentales sobre la materia.
¿Dónde estaban escondidos estos paladines del medio ambiente? ¿Acaso fue Sebastián Piñera quien firmó Pascua Lama e innumerables centrales termoeléctricas? Desde luego que no.
El actual modelo de desarrollo que pone en contradicción el crecimiento económico versus el medio ambien-te, fue un gran acuerdo transmitido, cual herencia suculenta, desde la Dictadura Cívico Militar a nuestra interminable transición democrática. Esta contradicción es característica de los países del tercer mundo, que basamos nuestra riqueza/pobreza en la exportación de materias primas sin procesos asociados que le den mayor valor. Para esto se conformó una lógica de Estado espectador, ya ni siquiera regulador, que observa a la distancia cómo grandes y poderosos grupos españoles, japoneses, australianos se apoderan de áreas estratégicas, arrebatando nuestra soberanía y obligándonos, entre otras cosas, a ser una de las naciones con sistemas de combustibles, electricidad, agua potable y telefonía más cara de toda la región.
Se hicieron tan semejantes ambos bloques que para muchos ya no significan diferencia. Quizás alguna pero de forma, pues el fondo resulta inconfundible. Solo basta comparar MOP Gate con KODAMA a pesar de ser montos distintos uno de cientos de millones y otro de miles de millones el fondo – el fraude – es el mismo.
Desde esta izquierda somos claros, reiterativos y no nos perdemos: el desarrollo debe ser primero respetuoso, dialogal y soberano. Desde el espacio más elemental, como una junta de vecinos, hasta el más general como un país; es la misma posición con la cual observamos el desarrollo comunal: nunca más por nosotros, nunca más sin nosotros. Por un desarrollo respetuoso que ponga en el centro a las personas y no otros intereses.
MAURO TAMAYO R.
CONCEJAL CNST
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