El contrato que se ejerce en algunos lugares entre el soberano y los gober-nantes, entre la comunidad y sus representantes, tiene un requisito que no es bien comprendido ni por los unos ni por los otros: decidir y actuar en concordancia de las necesidades, valores, sueños e ideas de la población.
En el mundo y en nuestro país, sin duda alguna, este “articulado” del contrato se ha extinguido, de forma que la “democracia representativa” se arroga el derecho de imponer las ideas de unos pocos (clase gobernante) sobre las de muchos… y sólo después de un largo tiempo, se puede terminar el contrato cambiando por otro, lo que el anterior hacía; se “renuevan la élites gobernantes” (bien entre comillas pues más que renovarse, sólo cambian de asiento como en el clásico juego de la sillita musical), sus formas, prácticas, métodos y com-prensión de la política son calcadas.
Frente a esto es lícito señalar que la comuna de Cerro Navia vivió procesos incrementales, de participación y delegación de escaso - quizás exiguo - poder desde la autoridad a la comunidad. Desde los fondos concursables a los Presupues-tos Participativos, se avanzó de forma discreta pero con un ejercicio existente. Sin embargo, hoy en día ni siquiera esas precarias formas de entender el empoderamiento y la reintegración de poder, se desarrollan; se ha retrocedido de manera extraordinaria: no están los cuerpos formales, ni informales, la desarticulación y el clientelismo se difunde con premura.
En este escenario y en contra de las evidentes políticas de abandono de la educación pública a favor de la privada desarrollada por la gestión encabezada por Luis Plaza S., un espacio construido desde el mundo social apoyado por diferentes organizaciones y representantes políticos, han desarrollado enormes esfuerzos para reunir la cantidad de firmas necesarias que les permita obligar al Alcalde a convocar a un plebiscito que de-cida si se quiere o no continuar con el cierre de las Escuelas: el sólo hecho de alcanzar la cantidad de firmas notariales sería un paso gigantesco en regresar el poder de decisión de cosas importantes y trascendentes - como es la Educación - a la comunidad.
Mucho se ha dicho de este plebiscito a objeto de tergiversar la información. Lo más grosero ha sido señalar que si firma, Ud. se opone al Hospital, lo que demuestra una mezquindad de antología. Yo aprobé el traspaso de los terrenos a Bienes Nacionales junto a todo el concejo, conozco lo importante y he felicitado públicamente al alcalde en este tremendo sueño. Yo apoyo el plebiscito, así como todos los espacios donde la comunidad exprese y decida libremente sobre su futuro. Sobre lo que es trascendente: ¿Dónde están los demócratas?
Mauro Tamayo
Concejal
CNST
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