PLANTAR UN ARBOL, TENER UN HIJO…

Es un deseo, casi de cada ser humano, el de alcanzar la inmortalidad. El paso del tiempo se disfraza de diferentes formas y, de una u otra forma, casi todos intentamos ser recordados no sólo en la mente sino también en los corazones de quienes nos rodean. Algunos plantan un árbol, escriben un libro, tienen hijos. Incluso muchas veces se les bautiza a semejanza de los padres. Intentamos permanecer.

En la política, este fenómeno se amplifica y refuerza a diario. Son pocas las formas de quedar grabado en la memoria colectiva de los pueblos de manera favorable, gloriosa. Quedar en la retina por razones crueles o deshumanizadas es, al parecer, mucho más fácil. Una de las primeras, ha sido en la historia de la humanidad la construcción de imponentes obras públicas de diferentes tipos, utilidades y magnitudes.

En nuestra comuna, por ejemplo, se recuerda la construcción del Parque Javiera Carrera o el Gimnasio Municipal donde increíblemente alguna vez un alcalde ingresó sobre un elefante. René Solano, alcalde designado en la época de dictadura cívico militar, encabezó estas obras. También se recuerda con especial emoción las calles sin pavimentar, las escuelas construidas por los padres y apoderados, en oposición a las imponentes construcciones que hoy tenemos, asociadas a la imagen de la ex alcaldesa Cristina Girardi.

Hoy es nuestra obligación reconocer los esfuerzos de la actual gestión por conseguir el respaldo político que permitió vencer las ventajas de Lo Prado y permitir que en 4.2 hectáreas de terrenos se construya el futuro Hos-pital Clínico Metropolitano Occidente en nuestra comuna – aunque se calcula que finalizada la gestión de Plaza, alrededor del 2015 al 2016, comiencen sus operaciones –.

La obra "sobrepasaría los 200 millones de dólares, considerando construcción y equipamiento", lo que quiere decir – según las actuales políticas en salud – que lo más probable es que sea una inversión atractiva para inversionistas privados, que a través del sistema de concesiones harán un gran negocio. Luis Plaza quizás no corte la cinta, al igual como la anterior alcaldesa dejó muchas obras pendientes que, como la Casa de la Cultura o la reposición del Consultorio Steeger, re-cién comenzarían a materializarse en un par de meses más.

Sin embargo existen proyectos como la Universidad del Trabajador, que se aplazarán nuevamente pues en el lugar en el que ésta se instalaría ahora se ubicará el Hospital debiendo buscar nuevos terrenos para su emplazamiento, al igual como el Liceo A-85 que deberá buscar nuevo espacio para reubicarse. Es importante destacar el sacrificio que deberá asumir la comunidad como parte de este enorme avance.

Esta es parte importante del real progreso, pero será mucho más satisfactoria y justa cuando se reconozca a los propios vecinos, quienes sacan adelante diariamente a sus familias, como los reales protagonistas de estas obras pues son ellos mismos quienes a diario construyen su propio legado para la posteridad.

Mauro Tamayo Rozas
Concejal
CNST

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