CAUPOLICÁN Y SELECCIÓN DE RRHH

El viejo Colo-Colo, en el marco del caos, confusión y derrota posterior a la muerte de Lautaro, convocó a los caciques araucanos a un gran Consejo en la Sierra de Pilmaiquén. Este Consejo tenía por objeto unificar en un solo mando las fuerzas mapuches a través de la selección de un toqui. Entonces, se pensó en las características que éste debía tener: valor, valentía, perseverancia y sobretodo la capacidad de vencer la adversidad. Se sabía el perfil, pero faltaba ahora el instrumento de evaluación. Se analizaron diversas posibilidades, hasta que se encontró el más adecuado: se trajo a la reunión un pesado tronco; sería seleccionado quien lo sostuviera más tiempo sobre sus hombros.

Hoy, al igual que ayer, los procesos de selección siguen siendo de gran relevancia. Son muchos los textos y publicaciones que sitúan a las personas como puntos críticos de cualquier organización. “¡Qué gran descubrimiento!” – podría pensar usted –, sin embargo es algo que habitualmente no ocupa un lugar importante en la reflexión y menos en la acción de quienes deciden sobre las organizaciones públicas: las privadas, lo han hecho desde siempre.

El proceso de conformación de un grupo humano potente, que preste servicios acorde a las necesidades y características de la población, con disposición, oportunidad y resolutividad, no es algo que brote desde la naturaleza ni que confirme la (errada) teoría biogenética. Por el contrario, es parte de un esfuerzo estructurado, planificado e impulsado con decisión, por lo tanto se requieren pantalones largos en esta materia.

En nuestra comuna – y en muchas otras – la municipalidad, a través de sus corporaciones, funciona como oficina de empleos donde se pagan favores políticos o compromisos de campaña; es cosa de ver la gran cantidad de personas con sus currículos bajo el brazo golpeando la puerta del edil vencedor posterior a su ascensión al trono.

Actualmente en Cerro Navia se realiza un concurso público para proveer cargos de médicos, odontólogos, kinesiólogos y todo el equipo de salud. Desde el concejo municipal de forma unánime se aprobaron las bases de un concurso con altos estándares de exigencia, que diera garantías de transparencia y rigurosidad a todos. Para eso, corregimos las bases y hemos estado atentos de cautelar un correcto proceso: es más, el Concejo Municipal depositó – en quién suscribe – la confianza de representarlos como observador del proceso, pues eso es lo que se espera de quienes somos o debemos ser vigilantes de la gestión local: fiscalizar.

Tal como el Pueblo Mapuche consiguió una forma para elegir al mejor, nosotros debemos hacer lo correcto: elegir a los mejores es un imperativo ético.

MAURO TAMAYO ROZAS

CONCEJAL CNST

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