¿QUIEN TIENE UN CLAVO?

Cerro Navia es una comuna de izquierda, esta es una frase usada en exceso, ¿existen las comunas de derechas o izquierdas?... más de alguien se lo ha preguntado, nuestro pasado es decidor, nuestro presente está en deuda, nuestro futuro?… independiente de la posición de los alcaldes, la gente espera sensatez en las decisiones, buen uso de los recursos, tranquilidad y seguridad para sus familias. Nada extraordinario.
Un escenario posible con la llegada de la Alianza por Chile a la alcaldía de Cerro Navia, era la implementación de un municipio estrella. Una oportunidad extraordinaria para la derecha de demostrar que no solo se pueden “ganar” estas alcaldías, sino realizar una gestión que a largo plazo pudiese cimentar un proyecto liberal en comunas de mayor vulnerabilidad: otra cosa es con guitarra. Se requiere demostrar que pueden hacer las cosas bien, que a pesar de las restricciones presupuestarias y las elevadas demandas de nuestros vecinos, se puede responder de manera contundente a sus necesidades. En lo personal esperaba ver la llegada de un cuerpo profesional de primera, cargando proyectos, sueños y propuestas bajo el brazo. La realidad contrasta causando una sensación de malestar, tristeza y desesperanza. Lo que ocurre se asemeja a las disputas entre bucaneros y filibusteros, cuando una tropa de piratas ganaba la batalla, se iba tras el botín.
“Ya van a ver cuando gane Piñera” ha sido una de las tantas amenazas que periódicamente recibimos algunos concejales, podría caer en la anécdota, sin embargo, cuando se observa con las escuelas y los trabajadores de salud carencia de dialogo y generosidad, se hace parte de una forma de entender y hacer política. Cuando la soberbia se combina con prepotencia y poder, el resultado no favorece a nadie.
A pesar de haber asistido a todos y cada uno de los Concejos Municipales, aun desconozco las propuestas del alcalde, su programa de gobierno comunal, sus sueños y desafíos, da la impresión que es más trascendente salir 20 segundos en algún canal de televisión, o una nota en La Cuarta, a trabajar en proyectos de impacto para nuestros vecinos, espero estar profundamente equivocado.
Cinco minutos demoró en ser aprobada la Modificación Presupuestaría Número 1, la mañana del viernes 6 de marzo, por 5 votos a favor y tan solo 1 en contra, el Concejo Municipal (sin la presencia de los dos concejales de la concertación) respaldaba una medida de gran significado: eliminar los Presupuestos Participativos, destinando los 300 millones de pesos a otras áreas, la más significativa pago de sueldos. Insuficientes, infértiles y poco fecundas fueron mis palabras, mi voto fue testimonial.
La cena de los dirigentes realizada el jueves 12 del presente mes en el Gimnasio Municipal (actividad que congratula a quienes entregan de forma desinteresada y generosa, tiempo, dedicación, mucha voluntad y más de una lagrima) sirvió de escenario para que el Departamento de Organizaciones Comunitarias presentara el “PLAN DE TRABAJO AÑO 2009” si bien es cierto se entregaron algunas ideas y propuestas, en caso alguno era una planificación anual, de lo interesante poco: se destaca los Programas de Capacitación a Dirigentes y en la misma línea un Diploma en Gerencia Social, el resto una serie de iniciativas que no dependen del municipio: Proyectos MIDEPLAN, DOS (Dirección de Organizaciones Sociales) y Pavimentos Participativos, los cuales se han hecho desde hace bastantes años. En torno a los cambios con relación a la Institucionalidad se planteó una cierta “profesionalización” de los equipos, se eliminaron los 8 encargados territoriales y se reemplazan con responsables polivalentes eliminando el concepto territorial de la intervención municipal en la comuna.
Usualmente la participación se resume al acto de cruzar con una línea alguna papeleta y depositarla en una urna, sin duda que es mucho más. Cerro Navia vivió año tras año diferentes iniciativas de participación, las cuales contaban con un patrón común, la clara intencionalidad y tutelaje por parte de los equipos técnicos en cautelar la voluntad de los vecinos. Se podía participar pero con limitaciones evidentes. La desigual distribución de la información sin duda merma cualquier esfuerzo en la materia. A pesar de esto, la gran apuesta fueron precisamente los Presupuestos Participativos que durante los años en que se desarrolló sufrió importantes transformaciones: mutaciones de fondo y forma que le permitieron ser un elemento reconocido y apreciado no solo por la comunidad (al menos parte de ella) si no destacado por organizaciones no gubernamentales que promueven la democracia y la participación ciudadana. Todo esto ya es historia.
Los esfuerzos destinados a delegar responsabilidad, poder de decisión, control desde la Institucionalidad a la ciudadanía, deben contar a mi juicio con tres características indispensables: 1.Igual acceso y comprensión de la información, tanto de los alcances como viabilidad técnica de cualquier iniciativa; 2.Definición presupuestaría, decidir donde se focalizan y distribuyen los recursos municipales y 3.Control permanente en el diseño y ejecución posterior de proyectos. Sin estas condiciones se persiguen otros fines, el empoderamiento social no precisamente. Siendo honesto, la participación que se ofreció quedó en deuda, se busca una PARTICIPACION SIN PARTICIPACION, una formalidad, un trabajo funcional y alineado a la gestión. Solo existe participación real cuando existe incidencia vinculante de la comunidad en la decisión presupuestaría, en los proyectos y sueños de una gestión. No basta con invitar a la comunidad a sentarse en su mesa, se requiere invitar a construirla, con clavos y martillos, aunque al final parezca silla, si no todo se resume a una utilización mezquina.

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