REBELION EN LA GRANJA

 Rebelión en la granja o La Granja de los Animales (1945) es una novela de George Orwell acerca de un grupo de animales que en una granja expulsan a los humanos y crean un sistema de gobierno propio que acaba convirtiéndose en una tiranía brutal.

En la granja del señor Jones, los animales no estaban contentos con su tipo de vida, planeaban una rebelión encabezada por los cerdos. Una noche que los granjeros olvidaron darles comida, éstos se levantaron en armas echando a los hombres y adueñándose de la granja, los hombres intentaron recuperarla pero los animales repelieron el ataque.

En su nueva organización establecieron una serie de mandamientos, los cuales eran absolutamente inviolables y los cerdos, poco a poco, tomaron posiciones consiguiendo administrar todo mientras que los animales trabajaban para ellos mismos.

La revolución había sido un éxito y tenían planes de futuro: aprender a leer, estudiar y construir un molino. Empujados por el esfuerzo y las falsas promesas de los cerdos, los animales trabajaban mucho para finalizar el edificio y poder así cultivar la tierra. Poco a poco los cerdos iban consiguiendo respeto dentro de la granja haciendo correr el rumor de que todos eran el enemigo excepto ellos mismos. De paso instalaron a la familia como el grupo dominante.

Los cerdos desobedecían cada vez más los mandamientos en los que se basaba su sociedad y vivían extraordinariamente mejor que los demás, poniendo como excusa que ellos debían cuidarse para poder llevar el gobierno de la granja de una manera eficiente. Además comerciaban con sus antiguos enemigos, los granjeros, para poder construir el molino y comprar comida.

Los animales, no llegaban a ver que la revolución había fracasado, no vivían mejor que antes, los cerdos desean prevalecer en un nivel superior llevados por la codicia y el egoísmo... “Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros”.

Traslado esta historia para convocar a una reflexión urgente sobre nuestra comuna, aquellos que ayer luchaban por reinstaurar un país con democracia, libre y soberano hoy son traicionados por quienes traían la alegría. Son cientos, miles los que resistieron (y resisten) los embates de este sistema Neoliberal que hace crisis, que daña con las privatizaciones, con el Transantiago,  el mismo que hoy siguen administrando ambos bloques hegemónicos: concertación y derecha. El mal menor, es una entelequia espantosa, puesto que son tantas y tantas las necesidades y tan pocos los esfuerzos serios por dar respuestas a ellos. En Cerro Navia debemos recuperar la esperanza, tenemos sueños, propuestas e ideas frescas como mañana de primavera, no transamos nuestros valores, nuestra identidad, solo aquello que no tiene precio no se puede vender.

Sin embargo insisto y disculpen lo reiterativo, la culpa no es del chancho…

 

 


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Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Notable!!!
Muy bueno, Mauro.

Con lo del mal menor, me hiciste recordar algo que lei hace poco: "(sobre la actitud de la Alianza Democratica, antecesora de la Concertacion, que negociaba con Pinochet una salida pactada) La explicacion de esa actitud, motivada en el fondo por un temor a la izquierda y por la creencia de que es posible llegar a un acuerdo con la dictadura, se encuentra seguramente en el principio que escoge 'de los males el, menor'. Ese principio, como ha demostrado Erich Fromm, no pasa de ser un cliche, que es fruto de la desesperación. En la mayoria de los casos, como dice Fromm, tal principio no hace sino alargar la espera hasta que el mal mayor se imponga. Arriesgarse a lo que es correcto y humano, y tener fe en que el poder de la voz y de la humanidad y de la verdad, es mas realista que el llamado realismo del oportunismo"

Bueno, eso, me gusto tu alegoria.

Saludos, y mucha fuerza compañero.