La promesa de progreso y bienestar que ofrece el sistema de libre mercado, demuestra ser una gran mentira. Los grandes grupos económicos monopolizan los mercados, se mantienen los servicios básicos privatizados y la vida se encarece día tras día. Esto no es para nada nuevo. Las alzas golpean nuestro escuálido presupuesto de forma permanente, aunque agudizándose cíclicamente; cabe recordar cómo se enfrentaba en dictadura con mucha organización y fuerza a través de las “ollas comunes”, las organizaciones de cesantes o los “comprando juntos” organización vecinal donde se congregaban varias familias y adquirían sus productos al por mayor, se sabía que la unión hace la fuerza, ¿cuándo comenzamos a olvidarlo?.
No comparto la tesis caótica que nuestra economía se cae a pedazos, sin duda nuestro país, a pesar de la inflación, cuenta con buena salud, las arcas fiscales abultadas, un superávit colosal, tanta riqueza e incluso dándose la licencia de tener grupos mineros extranjeros que nos quitan miles de millones de dólares; un país que permite que los servicios básico, la luz, el agua, la telefonía estén en manos de grupos transnacionales quienes a través de una velada “reconquista económica” nos someten a su voluntad de lucro dejándonos desprotegidos y empobrecidos.
Sin embargo vientos de cambio soplan con fuerza en nuestro continente, ejemplares son las acciones que desarrolla el Gobierno de Bolivia y su Presidente indigenista Evo Morales que nacionalizó los recursos naturales y energéticos, poniendo por delante los intereses de las grandes masas en desmedro de los grupos poderosos, entiende que la riqueza de su país le pertenece a su pueblo. Semejante situación se desarrolla en la República Bolivariana de Venezuela, Brasil y Argentina donde se entregan los combustibles a valores inferiores del costo, subsidiados - se garantiza el acceso a los servicios básicos - se entienden como un Derecho. Gran diferencia con nuestro país.
Frente a esta situación tenemos al menos dos posibilidades: resignarnos o dar la pelea, y o opto por la segunda, existen algunas formas: 1ero. Comprar en ferias libres y persas, está comprobado que son más baratos, no se engañe con los supermercados. 2do. Reconstruir los históricos “comprando juntos” al menos conozco de uno en la Población Dalmacia, juntándonos, mirándonos, recuperando las confianzas entre los vecinos ahorramos plata.3ro. Convocamos a constituir comités poblacionales contra las alzas que permita organizarnos y conformar un espacio de trabajo desde lo local para presionar a nivel central para que cambie radicalmente su política económica, esta vez a favor de los vecinos y vecinas, no a favor de los grandes grupos empresariales.
Comentarios