El largo camino de las Escuelas 381 y 410

Por mucho tiempo la comunidad educativa toda de la Escuela 381 y 410 han visto una y otra vez frustrado su anhelo de contar con espacios adecuados, salas seguras, es decir, un lugar apto para la docencia. El proceso continuo de fracasos concluyó en un trato directo luego de dos licitaciones públicas y una privada donde siempre, una y otra vez, la oferta económica era superior a lo ofertado. Personalmente manifesté en reiteradas ocasiones mi oposición rotunda a estas modalidades pues, caemos en el juego de las empresas constructoras que operan en forma mafiosa “como carteles” exigiendo cada vez mayores cifras. Esto lo exprese en concejo cuando finalmente y convencido por la desesperanza de los padres de estas escuelas acepte el trato directo, sin embargo comprometiéndome a participar en forma activa, cumpliendo el rol fiscalizador que me confiere mi cargo, para garantizar la transparencia del proceso.

Incluso una madre se acerco a mí después de ese concejo y me comento que en la escuela sabían que yo no era partidario ni de la licitación privada y menos el trato directo, pero que ahora comprendía mis argumentos y agradecía mi apoyo para por fin concretar la construcción de la escuela.

El problema que tiene cualquier trato directo es la posibilidad real que tiene el procedimiento de caer en falta de transparencia y no entregar la propuesta al mejor oferente. En este caso especial tiene mayor relevancia por las cifras en juego, que bordean los 2.500 millones de pesos. Como forma de entregar más transparencia y pruebas concretas de esa voluntad, por parte de la gestión y del concejo, se acordaron dos medidas que si bien la legislación no las contempla como obligatorias, ayudaban a garantizar este objetivo:
  1. Participación y solo como observadores de dos concejales en el proceso de evaluación (Rene Solano y Mauro Tamayo) acordado por concejo.
  2. Adjudicación de la empresa constructora por acuerdo de concejo.

De esta forma se logra a mi juicio un proceso más prístino y responsable.

El proceso se vio empañado por el intento de la encargada de SECPLAC de intervenir a favor de una empresa (antes que se presentaran), lo cual significo la salida de esta y un sumario, en curso, que determinará los pasos a seguir.


Peso a esto, la responsabilidad política que significa resguardar los intereses de quienes represento, me obligó a permanecer en la comisión y ahora puedo dar prueba que esta actuó en conformidad a un proceso ajustado a derecho y con plena probidad.


Hoy el concejo en sesión extraordinaria decidió adjudicar a la empresa Castro Urzua la construcción de ambas escuelas, si bien no era la oferta más económica, al evaluar tres criterios: oferta económica, experiencia y plazos para edificar, con una ponderación de un 50, un 30 y un 20% respectivamente para las distintas empresas oferentes, era esta la que reúne la mayor puntuación y en base a considerar estos criterios técnicos es que respalde la adjudicación de ambas escuelas a esta empresa. Ahora la intendencia es quien debe ratificar en última instancia esta propuesta.

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