Cluetrain y esperanza

No es necesario, hoy en día, ser Magíster en Gerencia Pública, un destacado intelectual o un hombre de negocios para darnos cuenta la gran velocidad del cambio en que nos desarrollamos. El mercado entendido como el plano, medio, espacio de intercambio no logra entenderse en la forma rudimentaria que ha caracterizado durante centurias este proceso.

La comunicación es de suma importancia para la supervivencia de cada especie, pues la información que ésta extraiga de su medio ambiente y su facultad de transmitir mensajes serán claves para su desarrollo. Desde una sencilla ameba hasta las transacciones de empresas multi o trans nacionales.

Etimológicamente, la palabra comunicación deriva del latín "comunicare", que puede traducirse como "compartir algo a alguien".

El funcionamiento de las sociedades humanas es posible gracias a la comunicación. Esta consiste en el intercambio de mensajes entre los individuos.

Desde un punto de vista técnico se entiende por comunicación el hecho que un determinado mensaje originado en el punto A llegue a otro punto determinado B, distante del anterior en el espacio o en el tiempo. La comunicación implica la transmisión de una determinada información. La información como la comunicación supone un proceso; donde los códigos en cuanto signos y reglas, deben ser en forma adecuada comprendidos por la organización, denominados y expresados, se requiere por tanto “hablar el mismo idioma” que mi interlocutor, esto es de vital importancia al entender que en nuestra sociedad de la información los canales o medios físicos a través del cual se transmite la comunicación, estan cada vez más interconectados, donde la inmediatez predomina y no existe el tiempo para perder. En este escenario la secuencia formal entre emisor y receptor es de carácter cíclica, reciproca, inversa, flexible donde el contexto en que se transmite el mensaje, y que contribuye a su significado, debe comprenderse de esa misma forma.

En los seres humanos, la comunicación es un acto propio de su actividad psíquica, derivado del lenguaje y del pensamiento, así como del desarrollo y manejo de las capacidades psicosociales de relación con el otro; que a grandes rasgos permite al individuo conocer más de sí mismo, de los demás y del medio exterior mediante el intercambio de mensajes principalmente lingüísticos que le permiten influir y ser influidos por las personas que lo rodean.

Es impresionante confirmar que hoy en forma urgente las organizaciones requieren más apertura y flexibilidad, a la vez que se caracteriza la comunicación como un proceso estratégico cuya estructura no debe provocar su transformación en algo puramente instrumental. Estos objetivos llevan al desarrollo de una comunicación organizada en el interior de una “organización comunicante” especialmente mediante la propuesta de metodologías para la acción innovadora.

Los mercados interconectados requieren para nuestra sociedad del conocimiento un nuevo tipo de Organización: la organización o compañia inteligente. Que se rearme, que se redefina, que pierda el miedo, que destruya paradigmas y visiones absolutas “lo único permanente es el cambio”.

Al asumir que el centro de todo es la persona: su mirada, sus valores, su escencia debemos al igual que ella, adaptarnos a esta para poder sobrevivir, y no me refiro únicamente a las empresa privadas, también las públicas y necesariamente el Estado que si no es capaz de adaptarse en forma flexible, tenderá necesariamente a ser juzgado y evaluado, con la alta probabilidad de alternancia de cualquier Gobierno de turno.

Cada comunidad se basa en una identidad común, mediante la diferenciación de otros grupos o comunidades (generalmente por signos o acciones), que es compartida y elaborada entre sus integrantes, debemos dar rienda a nuestras infinitas capacidades, permitir y asumir la autopoiesis organizacional, la teoria de sistemas aplicada en nuestros espacios cada día.

La comunidad del diálogo es el mercado, debemos apostar en conformar una auténtica comunidad de diálogo y de confrontación de ideas con nuestros receptores más sensibles y participativos, debemos ser y hacer parte, integrar, no excluir. Una trinchera diversa, que asuma y comparta la diferencia.

Las fonteras, líneas imaginarias que ayer dividian, hoy sólo quedan para efectos formativos y de soberania nacional, la interconexión hace ya bastante tiempo las olvidó y en esta aldea, no solo la información, también la protesta y la esperanza, no necesitan pasaporte ni visas para expandirse.

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